Una llamada telefónica hace 18 años
Buscando el método perfecto.
Hace ya unos 18 años recibí una llamada telefónica en mi centro de logopedia. En esa conversación me lanzaron una pregunta que despertó en mí mucha curiosidad y desencadenó el impulso de aprender. Me preguntaron:
“¿En vuestro centro trabajáis con el Método Multisensorial?”
Del Método Multisensorial al descubrimiento del Aprendizaje Significativo
De las sensaciones a los significados
Recuerdo claramente aquel momento en mi carrera como logopeda. Después de esa llamada empecé inmediatamente a rastrear Internet y almacenar todos los textos que encontraba sobre este método en el que se promueve la utilización de la vista, el oído, el tacto y el movimiento para movilizar y facilitar el proceso de aprendizaje. Me parecía muy prometedor.
En nuestra profesión a menudo nos encontramos navegando a través de la neblina, buscando el método perfecto que guíe nuestras intervenciones y que sea el acompañamiento ideal en el proceso de aprendizaje de nuestros pacientes.
Aplicación del Método Multisensorial:
Imaginad el entusiasmo con el que me sumergí en esta etapa de mi vida profesional. Llevaba a los niños a través de experiencias de aprendizaje que involucraban todos sus sentidos. Les pedía que cerraran los ojos y que identificaran letras dibujadas en su espalda, que las escribieran en papeles sin mirar, que las tocaran para identificarlas e incluso que las formaran en un cajón con arena.
Pronto me di cuenta que mientras algunos niños respondían bien, otros no mostraban el mismo progreso. Esta variabilidad en los resultados me llevó a una reflexión más profunda sobre el papel real del método multisensorial en el aprendizaje.
El método multisensorial en el aprendizaje de la lectoescritura interviene únicamente en una primera fase, en el momento en el que el niño tiene que memorizar las correspondencias fonema-grafema.
La cosa más lógica del mundo es que, cuanto más variadas sean las maneras de introducir el concepto a memorizar, más fácil será la tarea de interiorizarlo. Explicado en términos deportivos: Cuantas más veces chutes la pelota a portería, más probabilidades de marcar gol, ¿No es cierto?
Aplicación del aprendizaje significativo:
Actualmente, mi intervención es muy diferente. Los PRIMEROS OBJETIVOS en el aprendizaje en la lectoescritura son que el niño interiorice las correspondencias fonema-grafema y el trabajo de la conciencia fonológica.
El primer paso que doy es identificar cuáles son las correspondencias que el peque no conoce (es fácil de identificar usando cualquier batería de evaluación del lenguaje escrito) y posteriormente intento despertar en los niños el deseo y la conciencia de aprender. ¡Esto es lo que realmente importa!. No desperdicio tiempo en que las memoricen probando cosas de aquí y de allí.
¿Que cómo lo hago?
Dialogando a fondo con los niños para establecer nuestro objetivo común:
“Para poder leer bien, tenemos que aprender el nombre de esta letra, tenemos que buscar un truco para memorizarla. A ti, ¿a qué te recuerda la forma de esta letra? ¿Cómo crees que podrías memorizarla mejor? ¿Tienes un amigo que se llame Juan?»
Todas estas preguntas abren un espacio de colaboración, el aprendizaje se convierte en una aventura consciente y compartida, no en una tarea impuesta y ellos te ven como la persona que colabora con ellos y su esfuerzo para superar las dificultades. Esas preguntas les permiten encontrar propósito, visualizar sus conocimientos previos y conectar las nuevas adquisiciones con estos saberes adquiridos con anterioridad, o sea, que van directos a gol y llevan la pelota controlada. Se diría que el tiempo que pasaste buscando el método perfecto finalmente da sus frutos.
El propósito de esta entrada del blog
Esta reflexión no es solamente una historia de crecimiento personal y profesional sino una invitación a reflexionar sobre nuestras propias prácticas. Tener tiempo para compartir experiencias con más logopedas es una de las mejores maneras de “cambiarnos las gafas” con las que analizamos nuestra labor.
Hacer las cosas porque hemos oído que van bien, sin tener conciencia plena de lo que hacemos, no nos devuelve la sensación de saber que estamos presionando el botón adecuado, el botón del “ON”. Dar con ese botón de encendido que le da sentido completo a lo que haces es una sensación empoderadora, ves lo que sucede, puedes anticiparte, eres eficaz en cualquier parte del proceso.
Sería genial si os animáis a compartir vuestras experiencias y a explorar juntos nuevas formas de acompañar a nuestros pequeños pacientes en el aprendizaje.
Al fin y al cabo, somos compañeros de viaje en esta bacheada pero hermosa aventura que es educar.
Te esperamos en el siguiente post con La Catefera encendida para hacer que cada día cuente en la vida de nuestros pequeños aprendices.